Crónica del quinto aniversario de «FemmeLaNuit»

El sábado Morelia estuvo de fiesta, como es su costumbre últimamente. Pero ese día estuvo de gala, de pipa y guante como dirían algunos, pues FemmeLaNuit cumplió su quinto aniversario. Y se preguntarán ¿Qué es FemmeLaNuit? Pues nada más y nada menos, que la productora de eventos encargada de poner en alto el poder femenino dentro de la escena electrónica en Michoacán, y yo diría que hasta en México.
La cita fue en el Salón Arena, un recinto icónico en la ciudad de la cantera rosa, justo a lado de la también muy tradicional “Cueva de Chucho”. Restaurante que gracias a su amplio menú, puede atender a todo tipo de personas, en su aún más amplio horario, ya que se encuentra abierto las 24 horas. Siendo el lugar preferido de los borrachos para bajonear después de la fiesta. Pero en mi caso, esa noche fue donde comí mi cena.
Llegué alrededor de las 9:30 de la noche, y ya a una cuadra de distancia se podían sentir los poderosos golpes de la música que me aguardaba en aquella fiesta. Media hora y una hamburguesa con papas después, emprendí mi rumbo hacia la puerta del Salón Arena, que siendo muy sincero, no destaca demasiado, y tiene un aura bastante vieja, pero lo que importa es lo de adentro, así que entré. Justo en la tela que me separaba del interior revisaron mi mochila. Enseñé mi cámara, que esa, como otras noches, sería mi fiel compañera de fiesta.
Al poner un pie dentro sentí 3 cosas, un calor bastante intenso, el denso humo de cigarro, y la potente música que estaba en ese momento a cargo de Val Ozz, que traía a todo el mundo bailando. Al acercarme, pude ver la excelente cabina, que en mi más humilde opinión, enmarcaba de manera espectacular el set que estaba dando la DJ.

Me uní a la pista de baile y no saqué mis pasos domingueros, pero si me moví con el set que estaba a punto de acabar. Dieron las 10:30 de la noche más o menos y hubo cambio de DJ. Se trataba de Andrea Zarco, DJ y productora también moreliana, que de plano llegó a explotar la pista de baile con dark disco y sus respectivos matices en techno, que a cada rato era vitoreado cuando se acercaba la mejor parte de cada canción.

Me perdí entre la gente, el humo de cigarro y de otras sustancias, hasta que al final alguien se apiadó de las almas de todos los que estábamos presentes. Justo después de ese respiro, un grupo de bailarinas, tomaron el lugar para aderezar aún más el espectáculo que estábamos viviendo en ese momento. Bailé un poco más, hasta que llegó a la cabina Fer Covarrubias, que siguió en la misma línea en la que estaba tocando Andrea. Intenso, oscuro, y sabroso.

Ya para este punto el lugar estaba con el doble de gente que tenía cuando llegué, y se sentía al querer caminar o bailar. Miré casi por completo la presentación que tuvo Fer, pero mi cuerpo necesitaba dormir un rato. Y casi a las 2 de la mañana emprendí el vuelo hacia mi cama. Pero esa fiesta duró hasta mucho más tarde, como ya es costumbre en la ciudad de la cantera rosa. De la mano de todas estas talentosas artistas, que se atreven a alzar la voz en una escena dominada por hombres.














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