Crónica de una fiesta en una fábrica de cerveza en Morelia

La escena electrónica en México quiere despertar. Y el 30 de abril, en la ciudad de Morelia, Michoacán, se reunieron los amantes de la fiesta para vivir una noche con muy buena vibra. La cita fue en la fábrica de cerveza “La Brü”. De la mano de “Green house”, la productora de eventos de música electrónica, más importante de la capital de Michoacán.

Las puertas se abrieron desde las 6 PM para recibir a los asistentes, pero su servidor llegó mucho más tarde por causas del destino. Las nueve con quince minutos marcaban en el reloj, cuando arribé al lugar. Un grupo de personas se acercaban a preguntar precios de la entrada, otros más pasaban al haber comprado su boleto con anticipación. Y al igual que todo mundo, me acerqué a la fila para ser sometido a la revisión reglamentaria en este tipo de eventos.
Al dar el primer paso, te recibía una foodtruck, que según un amigo mío, vendía unas excelentes tortas de cochinita. Después, por fin la entrada al lugar, adornado con algunas sillas y mesas altas, junto con luces que enmarcaban el paisaje industrial. Y al fondo, el escenario, donde estaba tocando justo en ese momento “Luis Mendoza”. DJ local, que comenzaba a reunir a la gente en esa noche que pintaba para ser algo excelente.
Un par de horas más tarde, pasadita la media noche, después de que bastante más gente llegara, subió al escenario “Pitto”, DJ proveniente de Holanda. Que se dedicó a subir el ritmo e intensidad de la pista de baile. Los asistentes ya no solo bailaban lentamente, ahora se dejaban llevar por el House, y el Nu Disco que sonaba por las potentes bocinas. Los brazos se alzaban cada vez que una línea de bajo rebotaba en el pecho y hacía vibrar al corazón.

El juego de luces, también te hacía entrar en cierto trance,. y solo te dejaba pensar en el momento que estaba ocurriendo. El reloj llegó a la una y cinco de la mañana, cuando empezó a acomodar todo “AndreVII”. Artista que esa noche sería el responsable de aglomerar a la mayor cantidad de gente.
En cuanto sonó el primer golpe de bombo de su música los gritos se escucharon por todas partes, y donde normalmente había ruido de maquinaría, ahora sonaban los chiflidos, aplausos, y beats poderosos del DJ estelar de la noche. Quien a pesar de no ser demasiado expresivo, lo decía todo con sus mezclas.

Habían pasado casi 2 horas desde que la cenicienta se fuera a dormir, y yo, pretendía hacer lo mismo, pues la noche, para mí, había acabado. Pero no para los demás en la ciudad de la cantera rosa, pues, esta fiesta duraría hasta las 5 de la mañana, excelente para los más atascados, que gustan de ver el amanecer al ritmo de la música que más los prende.










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